La historiadora alcalaína María Jesús Vázquez Madruga nos ayuda a sobrellevar algo mejor estos días con tanto tiempo en casa. Hoy nos propone saber el origen de los nombres de algunas de las calles históricas de Alcalá de Henares y cómo han cambiado a lo largo del tiempo.
Las calles constituyen una de las señas de identidad más importante de cualquier ciudad, y Alcalá no es una excepción.
Hubo épocas en las que las calles no tenían nombre propio, las autoridades no se ocupaban de ello. Simplemente eran: la calle que va a la Puerta de Madrid, del Vado…o bien la de Juan de Almazán o la de los Escribanos; es decir, señalaban una dirección, a un personaje importante, a un oficio, algo que distinguía ese lugar de los demás de la ciudad.
En muchas ciudades se conservan nombres de calles como de la Tercia –por el impuesto que en ella se cobraba- de las Carnecerías, del Matadero, de la Pescadería, de las Tenerías, del Tinte, de la Cárcel o de los Libreros, oficios que fueron tradicionales durante siglos, de ahí que permanecieran sus nombres, como en nuestra ciudad.
Además, con la creación de la Universidad y la construcción de colegios y conventos, muchas calles tomaron sus nombres: de los Trinitarios, de Santa Catalina, de los Colegios, de las Bernardas (Plaza de las Bernardas foto inferior), etc.
A través de los siglos las calles fueron teniendo nombre propio y será en los siglos XIX y XX cuando las autoridades municipales de turno las nombran o cambian sus apelativos tradicionales, casi siempre atendiendo a los avatares políticos de cada momento, como sigue sucediendo hoy; la mayor parte de las veces se denominan a las calles haciendo honor a un personaje importante, como Cervantes, el Empecinado, Nebrija o Diego de Torres.
Pero veamos…
Cómo han cambiado algunos nombres de nuestras calles y plazas:
La plaza de Cervantes (foto superior), se llamó del Mercado, porque era allí donde se celebraba cada jueves y también la feria anual.
La plaza de Atilano Casado se llamaba “De la Puerta de Santiago”
La calle Pedro Gumiel, fue la calle del Arco de la Universidad, porque al comienzo de ella estuvo el arco con su balcón donde las autoridades universitarias asistían a los festejos que se celebraban en la plaza. Hoy puede verse en el suelo un arco recordando el que existió en ese lugar.
La calle de Cervantes se llamó de las Carnicerías Viejas y después de la Tahona, éste nombre lo cambia el Ayuntamiento en 1856 a propuesta del síndico, don Mariano Gallo Alcántara. Justo donde hoy está el teatro-salón Cervantes estuvo la hospedería del convento de Capuchinos, cuya propiedad llegaba hasta esta calle, hasta 1885 que fue derribada.
La calle actual de Ramón y Cajal se llamaba de Limoneros.
La del Cardenal Cisneros también se denominó así en 1856 y a propuesta del citado síndico. En aquella época se llamaba de Bodegones el tramo que hoy es plaza de los Santos Niños y coches el siguiente. Aún hoy muchos alcalaínos continúan llamando calle de los Coches a la que en aquella fecha cambio de nombre el Ayuntamiento.
La calle Teniente Ruiz se llamó Ancha y antes Labacería, porque allí vendían aceite y comestibles diversos.
La calle Divino Valles la llamaban de la Garrapata. Nada que comentar.
La de Santa Catalina se llamó Catalinas, antes de la Torrecilla y antes del Garabito.
La que hoy conocemos como Infanta Catalina fue la calle de la Enseñanza, por el colegio que hubo en ella y anteriormente Recogidas pues allí estuvo la fundación creada para recoger a las prostitutas, fundada en el siglo XVII como puede aún verse en la inscripción de la fachada.
La actual calle Portilla, era la del Matadero, y la de los Tocinos o Tocinería la actual calle de San Felipe Neri.
El Paseo de la Estación se llamó del Marqués de Ibarra y antes Camino de Gilitos (Foto superior Palacio Laredo en el Paseo de la Estación).
El actual callejón de Avellaneda se llamó del Embudo, cambió el nombre por la importante familia de los Avellaneda que tenían allí sus casas.
La calle de Las Beatas la llamaban callejón de los Colegios porque al no existir la plaza de San Diego, desde la calle de los Libreros hasta el colegio de San Pedro y San Pablo, estaba todo construido.
La Calle de Los Colegios, se llamó de Roma y la actual Bustamante de la Cámara la llamaron del Toril porque allí encerraban los toros en las fiestas que se hacían en la plaza (foto inferior del Parador de Turismo en la actual Calle Colegios).
La del Empecinado, de las Berceras el primer tramo, porque era donde vendían las berzas las verduleras; de las Carnicerías la continuación y el siguiente de las Becerras. Antiguamente simplemente era la que iba a la Puerta del Vado. Esta puerta tuvo mucha actividad durante siglos y tenía un pequeño altar con una virgen; daba a la Rinconada, nombre debido a una riquísima mujer, María Rinconada y al camino de Pastrana donde estuvo la ermita de San Sebastián.
La actual calle del Cardenal Sandoval se llamó Redondilla de San Juan, por el convento de San Juan de la Penitencia y antes fue la calle que “va de Palacio a la Puerta de Madrid” y la que va a la plaza de la Cebada.
La calle Nueva era una de las calles menores de la Judería – recordemos que la calle Mayor se llamaba calle Mayor de la Judería- se llamaba la calle del Adarve, esta calle menor se abrió entre 1601 y 1604 , momento en que la gente comenzó a llamarla Nueva y hasta hoy.
Otra de las calles menores de la Judería era la de los Manteros, hoy Carmen Calzado, donde hubo soportales y por donde podía accederse a la Sinagoga Mayor o bien salir de ella por esa calle que se llamó Cerrada desde el s. XVI. A finales del s. XIX se ensancha, eliminando soportales y comprando el Ayuntamiento unos metros en la esquina con la calle Mayor (Ver el plano inferior. Archivo Municipal de Alcalá)
La calle del Rico Home fue la del Rojo y la de San Pedro y San Pablo la de los Gramáticos, fácil adivinar porqué. Cabe recordar aquí la conocida obra de Agustín Moreto: El Rico Home de Alcalá.
La del Gallo, en realidad era de Gallo o de Los Gallo, por la familia de tal apellido e importancia cuya casona desapareció al construirse el convento del Carmen Calzado, aunque tenían más propiedades en esa calle.
La actual de Santiago, fue la de la Morería, cuyo nombre hace alusión clara a la población que vivió mayoritariamente en ella en la Edad Media y cuya mezquita fue transformada en iglesia de Santiago, de ahí el nombre.
La calle de la Victoria, por el convento de Mínimos de Nuestra Señora de la Victoria, era “la que va al postigo de Santa Ana”, quedando el tramo final con el nombre antiguo del Postigo. Era el camino del Juncal, es decir, de Complutum.
El callejón del Hospital, denominado así en recuerdo del hospital militar que hubo en el s. XX en ese convento, no tenía nombre, aunque durante una tiempo fue “la que va a la plazuela de la posada de los Cuevas” que es la trasera del antiguo convento de Mínimos y da a la calle de Almazán, donde dicha familia tuvo una conocida posada, muy a mano por cierto para todo el que entraba por la Puerta de Madrid.
Mª Jesús Vázquez Madruga
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