Por Óscar Sáez / @oscarsaez
Sergio Ramírez recibirá el próximo 23 de abril en Alcalá de Henares el Premio Cervantes. El escritor nicaragüense atiende a La Luna de Alcalá en esta entrevista en la que adelanta que ya tiene adelantado su discurso. Hablamos de Cervantes, de sanchos y quijotes, de la postverdad, de la lectura o de las redes sociales.
¿Qué supone para usted ganar el Premio Cervantes?
Supone para mí, supone para mi país Nicaragua y Centroamérica, que son lugares del mundo literarios poco conocidos. Este premio pone en realce la cultura de una región que merece ser conocida, sobre todo por su literatura joven.
¿Ya sabe sobre qué versará su discurso?
Estoy terminándolo de escribir. Voy a hablar fundamentalmente sobre la renovación de la lengua, de la lengua misma, la lengua de Cervantes, que es la de Darío, establecer el vínculo entre los dos, como renovadores, que lograron transformar el idioma en beneficio de las generaciones futuras de escritores. Quiero hablar sobre mi oficio, cómo lo concibo como una necesidad, de lo que he aprendido de Cervantes. En fin, de la majestad que tiene la lengua española para mí.
¿Qué supone para usted la literatura de Cervantes?
Siempre me gusta decir que la literatura de Cervantes es como una casa con múltiples pasillos, puertas y ventanas. Uno puede circular por ella libremente, entrar por la ventana si quiere, las puertas no tienen cerrojos… He leído a Cervantes desde la adolescencia, el Quijote, y siempre es para mí un libro nuevo. Todo clásico es un libro nuevo que tiene algo nuevo que enseñar. Yo siempre aprendo de Cervantes. Un día me decía Almudena Grandes con admiración que, por fin, había logrado verle los andamios al Quijote. Y eso es lo que yo también he aprendido, ver, aunque sea de lejos, esa novela monumental, verlo los andamios.
Todo clásico es un libro nuevo que tiene algo nuevo que enseñar. Yo siempre aprendo de Cervantes
¿Quedan quijotes en la actualidad?
El quijote es una palabra muy manida, un lugar común. Quijotes se le llama a todo al que se mete en algo imposible e irrealizable y de lo cual no va a sacar ninguna ventaja económica o material. Por tanto, el mundo está lleno de quijotes, empezando por los escritores mismos. Pocos pueden decir que viven de su oficio y, sin embargo tienen este empeño irrenunciable de escribir, de buscar cómo publicar, de consagrarse en las letras, sabiendo muy bien que en la mayoría de los casos no es un oficio remunerativo. Eso es una quijotada.
El mundo está lleno de quijotes, empezando por los escritores mismos
¿Es usted más Don Quijote o Sancho Panza?
El ser humano tiene ambas cosas. Uno siempre tiende a ver a Sancho Panza como el bruto materialista. Yo nunca lo he visto así. Es la razón diaria de lo práctico, de las cosas. Todos somos de alguna manera Sancho para sobrevivir. Sin embargo, me parece que la combinación ideal está entre ser Quijote y a la vez ser Sancho. Es decir, no abandonar el espíritu de aventura, irresponsable, que tiene Don Quijote, y poner los pies sobre la tierra como suele hacerlo Sancho. Por muy materialista que uno vea a Sancho, hay que tener en cuenta que, de estos dos personajes, quien llega a tener un poder real alguna vez, aunque sea un poder bufo, es él, no Don Quijote. Sancho se comporta como un gobernante ejemplar.
Todos somos de alguna manera Sancho para sobrevivir
En la época de la postverdad, ¿de qué nos podemos fiar?
Creo que la postverdad no es sino un nuevo nombre para la mentira. Siempre ha existido la mentira institucional, la mentira contenida en la propaganda. Las verdades oficiales nunca han dejado de existir y han llevado al mundo a verdaderas catástrofes. Hay que cuidarse de los hombres de un único libro y esos son los amigos de la postverdad, los que creen en las verdades oficiales, en las verdades únicas. El pensamiento múltiple y diverso es el único que puede hacer posible el entendimiento entre los seres humanos.
El pensamiento múltiple y diverso es el único que puede hacer posible el entendimiento entre los seres humanos.
¿Ha perdido España su influencia en Latinoamérica?
Yo creo que no. Sigue siendo la puerta de entrada de Europa a América Latina y viceversa. Tenemos el vínculo del idioma. España es un país de la Unión Europea, pero también en muchos sentidos americano. La lengua establece este vínculo doble y crea una base de identidad.
¿De qué libro de ficción se ha escapado Donald Trump?
De muchos, pero de un libro utópico jamás.
Está presente en las redes sociales. ¿No hay demasiado ruido para comunicarse?
Uno tiene que distinguir entre ruido y la voz. A las redes se las suele culpar en demasía. Antes de que existieran, la radio y la televisión estaban llenas de basura. Igual que las redes están llenas de basura, pero también de cosas muy valiosas. Uno lo que tiene que hacer es coger un menú y coger la basura o coger lo valioso. Si alguien se quiere graduar a través de conferencias de internet de física cuántica se hace físico cuántico escuchando las mejores clases en Harvard o Cambridge.
¿Qué debemos leer hoy día?
Aquello que nos atraiga, que no nos genere rechazo ni nos parezca aburrido. La lectura tiene que ser atractiva y tratar de pasar un buen rato. La lectura hay que tomársela como una diversión. Divirtiéndose es como uno aprende lecciones.
La lectura hay que tomársela como una diversión. Divirtiéndose es como uno aprende lecciones
¿Tiene miedo al folio en blanco?
El escritor se puede paralizar frente a la página congelada, pero sabe que un día se va a descongelar. El que se mete en este oficio no tiene por qué tener miedo. Nunca me he sentido que se me acabó el combustible literario o que no puedo seguir adelante. Simplemente el día que no me toca crear, porque no tengo un día imaginativo, me pongo a corregir, pero no me salgo de mi cuarto de trabajo.
¿Ha estado con anterioridad en Alcalá de Henares?
En distintas ocasiones. La primera para asistir a la entrega del Premio Cervantes de Carlos Fuentes en 1988, hace ya treinta años. Posteriormente, por invitación del rector, hace unos diez años para dar una serie de charlas en la Universidad.
