la Luna del Henares: 24 horas de información

Que las elecciones sean mañana / Por Emilio Sánchez

Que las elecciones sean mañana / Por Emilio Sánchez

Por Emilio Sánchez (*)

La disposición de colores con la que teñimos el Congreso en diciembre parecía un ‘Pirulo’. No dejamos claro sí debía gobernar la derecha o la izquierda, pero fuimos certeros en otra petición: «Poneos de acuerdo, a poder ser, más de dos». España dixit. Y ni caso. Todas las fórmulas eran soluciones extrañas, incoherentes con lo dicho en campaña y, sobre todo, desconocidas… Alguna debería haber prosperado.

Todas las fórmulas eran soluciones extrañas, incoherentes con lo dicho en campaña y, sobre todo, desconocidas… Alguna debería haber prosperado

Podía haber gobernado el PP con el apoyo de Ciudadanos, con el sostén de un PSOE que condicionara cada iniciativa parlamentaria. Podía haber gobernado el PSOE con el apoyo de Ciudadanos, con un Podemos que influyese en cada paso del Ejecutivo. Podía haber gobernado el PSOE con el apoyo Podemos, mientras los independentistas, progresistas y conservadores, hacían de tercera pata.

Cada actor entraba en contradicciones temibles de haber participado en cualquiera de las tres posibilidades abiertas, descartando de partida la gran coalición o el apoyo de Ciudadanos a un pacto de izquierdas. Ninguno se ha atrevido a asumir el encargo que le dimos y afrontar la tozuda realidad de los números parlamentarios. Ha faltado coraje para emprender una aventura sin guión. Ha faltado valentía para explorar una vía inhóspita, llena de baches y, también, de oportunidades.

Ha faltado valentía para explorar una vía inhóspita, llena de baches y, también, de oportunidades

Así, hastiados, nos plantamos ante una nueva convocatoria electoral. Cabe preguntarse de qué sirven los dos próximos meses. No hace falta que nos expliquen de nuevo los programas, que, como bien sabemos, cambiarán sobre manera cuando toque pactar.  Tampoco es necesario que se sigan echando la culpa los unos a los otros de que no haya gobierno; cada uno hemos elegido nuestro particular culpable. Como las series que se alargan más de la cuenta, el interés se diluye en las últimas y agonizantes temporadas. Ojalá nos pudiésemos ahorrar el presupuesto de estos inútiles capítulos. Ya sabemos que no triunfa el amor.

(*) Emilio Sánchez es periodista de Ser Henares