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¿Qué efectos fisiológicos tienen las pruebas de ulta-resistencia? La Universidad de Alcalá lo analiza

¿Qué efectos fisiológicos tienen las pruebas de ulta-resistencia? La Universidad de Alcalá lo analiza

El deporte de ultra-resistencia ha ganado una gran popularidad en los últimos años, siendo cada vez más personas las que participan en triatlones de larga distancia, como el famoso IronMan, ultra-trails de montaña y largas carreras en bicicleta. Sin embargo, al contrario que en otros deportes, no existe suficiente evidencia científica que muestre cuáles son los efectos fisiológicos de este tipo de esfuerzos.

Investigadores del Departamento de Biología de Sistemas de la Universidad de Alcalá han realizado un estudio de caso para valorarlo. En este proyecto, un ciclista semi-profesional se propuso recorrer el máximo número de kilómetros posibles en 24 horas seguidas con el fin de recaudar fondos para la fundación La sonrisa de Alex, que apoyar la investigación contra un cáncer infantil denominado Sarcoma de Ewing. Pedro L. Valenzuela, investigador FPI de la Universidad de Alcalá, planificó con el ciclista el entrenamiento durante siete meses. Durante este tiempo, el deportista completó 520 horas de entrenamiento y recorrió 15.500 km.

La prueba se realizó en una carretera abierta al tráfico de 20 km de ida y vuelta. El ciclista estuvo acompañado en todo momento por un coche de apoyo desde el que se controló tanto su ingesta de alimentos y líquido como la cantidad de líquido expulsado en orina. Se registraron también datos de potencia y frecuencia cardíaca durante toda la prueba, así como los efectos de este esfuerzo en el sistema nervioso autónomo, y los cambios en variables analíticas mediante la toma de muestras sanguíneas tanto antes como después de la prueba.

Estrés fisiológico sistémico y del sistema nervioso

El deportista tuvo que parar a las 05:00 horas por condiciones meteorológicas adversas y una gran fatiga tras 15 horas de pedaleo continuado en las que recorrió 500 km (lo que supone una media de más de 33 km/h), con 1606 m. de desnivel positivo acumulado. Durante este periodo consumió algo más de 7500 kcal y gastó 9000 kcal. Pese a estar bien hidratado y mantener unos niveles de glucosa y lactato en sangre estables, se observó una caída progresiva de la velocidad y la potencia durante la prueba, siendo capaz de aplicar la misma fuerza pero no de mantener la misma frecuencia de pedaleo. Además, la fuerza de las manos estaba disminuida tanto tras la prueba como el día después, lo cual muestra una posible fatiga central (fatiga del sistema nervioso), observándose una alteración del sistema nervioso autonómico relacionada con un gran estrés fisiológico que se mantuvo incluso 48 horas después de concluir el ejercicio.

En las analíticas sanguíneas se encontró un aumento de marcadores de daño muscular (creatina kinasa), una marcada respuesta inflamatoria y alteraciones en el hemograma que podrían reflejar una expansión del volumen plasmático o hemolisis. Aunque en este estudio de caso no fue así, es habitual que tras este tipo de esfuerzos se observen alteraciones en marcadores de daño cardiaco.

Así, este estudio confirma el estrés fisiológico que suponen las pruebas de ultra-resistencia incluso en deportistas altamente entrenados como en este caso, no observándose una recuperación completa hasta 48-72 horas después de concluir el ejercicio.

“Los resultados llaman a la precaución; es necesario estar muy preparado para someterse a este tipo de pruebas”, aconseja Pedro L. Valenzuela, responsable del estudio. “Hay que apuntar, además, que el estrés fisiológico y el daño muscular es aún mayor en carrera que en ciclismo, por el impacto y la amortiguación constante”.