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Parque Juan de Austria: Oportunidades perdidas / Por Cristina García Sánchez

Da cierta rabia comprobar cómo a veces las decisiones que podrían haber sido revolucionarias y haber supuesto un punto de inflexión en el desarrollo de barrios y colectivos se pierden en la maraña de otros intereses. Son momentos en los que desconfías de la política y en los que constatas cómo lo que es fácil se vuelve imposible… y termina siendo un mal augurio del sueño que pudo llegar a ser.

Hablo del Parque Juan de Austria o el que, según nos han comentado, pasará a llamarse Serna Sendler por obra y gracia del alumnado de los dos colegios que custodian este gran espacio natural, los CEIPs Juan de Austria y Miguel Hernández, aunque en ninguna parte se diga que ese es su nombre o se explique su devenir.

Una anécdota en una sucesión de despropósitos e incumplimientos que han dejado a los vecinos con la sensación de que su voto no vale y, si vale, es para seguir siendo ciudadanos de segunda, mientras otros disfrutan de mejores instalaciones con los avales que ellos sustentan. Esto siempre ha sido así, aunque a veces, duele más.

Las obras del parque se iniciaron por otoño de 2018, con el propósito de revitalizar el gran núcleo natural de la zona de Juan de Austria y alumbrar un espacio completamente nuevo en febrero de 2019. En mayo las cosas aún iban lentas, bastante lentas, pero había elecciones a final de mes y dos días antes de las mismas (recuerden que el día previo, de Reflexión, no se puede hacer campaña ni chanzas políticas), se abrió el espacio con la mitad de los servicios inhábiles y espacios aún por construir. Por ejemplo: el aparcamiento, con cerca de 90 plazas, estaba sin hacer; hay una fuente empotrable de suelo a chorros que no funcionaba…ni funciona (se decía que porque no tenía la licencia de aguas…); baños públicos aún en ejecución; un rocódromo sin realizar; fuentes sin agua; mesas y sillas que instalar…. Y otras cuestiones que los vecinos, inocentes ellos, “perdonaron” al entender que el espacio bien merecía más paciencia y confiados en que todo se terminaría en las próximas semanas. Además, el 24 de junio era San Juan, Fiesta grande del Distrito V, con lo que para entonces, todo estaría a punto, sin duda.

Pero no fue así. De hecho la cosa ha empeorado, y mucho.

Si algo logró la Fiesta del barrio fue que se abriera el parking de coches… cuyo recuento digital se estropeó esos mismos días…. y sigue sin funcionar en la actualidad. También se rompió la fuente de suelo, que desde entonces está flanqueada por varias vallas para que nadie pise el suelo (este está roto por partes). De no haberse puesto en ejecución todavía, animo al Ayuntamiento a no hacerlo ya. Al fin y al cabo, hemos comprobado en el barrio que aguantamos bien las altas temperaturas y que en pleno julio, con un suelo de hormigón, a 40 grados bajo el sol (la “pradera” central no tiene sombra alguna) y con fuentes que siguen sin marchar como debieran, podemos sobrevivir. No hay problema.

A día de hoy, los baños públicos siguen sin abrirse y se dice que iban a ser destinados finalmente a almacenes porque unos cuantos vecinos con residencias cercanas (y lazos en el Ayuntamiento) se habían quejado. Deben preferir ver cómo otros hacen sus necesidades bajo sus ventanas que en los susodichos baños, lo que es mucho más higiénico, sin duda. Tampoco se ha construido el rocódromo, y la pista de skate y patinaje suscita enfrentamientos porque está delimitada a una franja de edad específica, dejando de lado a los chicos mayores de 12 años que bien podrían patinar en vez de hacer botellón. Quizás dos espacios, por el mismo precio, para pequeños y mayores habría sido una solución que además fomentase buenas prácticas y facilitara la convivencia.

También a estas alturas se ha instalado una mesa más (llegamos a ver muchas otras en la zona del aparcamiento… que han desaparecido ¿?) y las instalaciones (columpios, suelos, papeleras…) comienzan a mostrar el desgaste de uso y la dejadez de su conservación (sí, a solo dos meses de su apertura), con un estado lamentable y una visión desoladora.

Comenzamos a combinar la frustración con la mala leche cuando nuestros hijos nos preguntan por qué “el parque nuevo ya está roto” y a preguntarnos a qué incompetente se le ha ocurrido desperdiciar la oportunidad de revitalizar una zona histórica de Alcalá, como es Juan de Austria, con un parque que, pudiendo ser a todas luces el mejor de la ciudad, se está convirtiendo es un espacio marginal y con servicios precarios. Sí, insisto, a solo dos meses de su apertura.

A ello se suma el mal uso de las instalaciones por parte de algunos, cuestiones que, posiblemente, se solucionarían con cámaras de seguridad (y sanciones económicas) y ciertas limitaciones al lugar en los horarios menos concurridos. Otros parques los tienen, en zonas como el Ensanche, La Garena, Espartales…. Nos preguntamos por qué no están aquí.

Y pensamos que es de tontos, y perdónenme la expresión. Porque en ese parque no solo se dan cita tooooodos los vecinos de las calles que comprenden la zona de Juan de Austria, sino también los de las calles Luis de Madrona, José Caballero, Braulio Vivas, Fernando de Flandes… hasta la calle Ávila y en la confluencia de Lope de Figueroa… Vamos, que hay votos para aburrir.

En una época en la que convivimos con parques como El Parque Central o el Parque Europa en Torrejón de Ardoz, o los Parques de la Dehesa y Parque Senda de la Plata en la cercana Meco, nos preguntamos si se ha llevado a efecto del todo el proyecto como estaba contemplado (no olvidemos que se trata del primer parque accesible 100% de Alcalá) y, sobre todo, dónde han ido parar los miles y miles de euros que se han destinado en este espacio (1.503.508,26€ según reza el Portal de Transparencia del Ayuntamiento que les animo a visitar https://transparencia.ayto-alcaladehenares.es/remodelacion-parque-juan-de-austria/). Dinero, recordamos, sufragado íntegramente por el Consistorio alcalaíno, es decir, por TODOS nosotros y que, esperamos, no se eche a perder en otras dedicaciones o intereses.

No lo merecemos.