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Ninguneando a Cervantes / Por Óscar Sáez

Ninguneando a Cervantes / Por Óscar Sáez

Por Óscar Sáez (*)

Existen más símbolos en España que el color de una bandera o el atuendo de los Reyes Magos en una cabalgata. Por ejemplo, los personajes que han forjado su cultura, las historias y la Historia, personalidades que han potenciado un idioma que han unido generaciones y generaciones que van más allá del color de un estandarte. Hay más sentimiento español en una tasca que en el Congreso de los Diputados, hay más amor por el prójimo en la mesa del bar que en la mesa del Senado, donde se discuten más el quién que el cómo y sobre todo, que el por qué.

En España nos tiramos las banderas a la cabeza, no nos entendemos ni en castellano ni en catalán, somos laicos celebrando las fiestas navideñas disimulando que no son religiosas y alentamos debates estériles mientras que otros los alimentan con polémicas absurdas.

Hay más sentimiento español en una tasca que en el Congreso de los Diputados, hay más amor por el prójimo en la mesa del bar que en la mesa del Senado

cervantes_escondido2Confundimos o nos quieren confundir. España no es una bandera, no son tres reyes magos disfrazados –ya sean reinas magas, estén vestidos estrafalariamente o Baltasar esté pintado con betún-, España no son nuestros representantes políticos que afirman representar al pueblo, porque no se representan ni a sí mismos, sino a unos intereses partidistas que no se corresponden en muchos casos con los intereses de las gentes, de esas que se reúnen en los bares o salen a las calles a ver la cabalgata con sus hijos para que duerman ilusionados con que al día siguiente los Reyes Magos –no su concepto religioso, sino su concepto infantil- dejen los juguetes junto a sus calcetines. La cuestión de Estado versa más sobre la cara del niño que sobre el vestido del Rey Mago.

Pero en cualquier caso, ahí no estriba el debate de lo que es España. Une más en España Cervantes, con su difusión de la lengua y la cultura, con su Quijote, que una bandera. Y no, no es una cuestión ombliguera de un alcalaíno.

España es Cervantes, es Lope de Vega, es Cisneros, es el Quijote y Quevedo. Y no tres Reyes Magos que han perdido su esencia religiosa para lograr la esencia mágica

Sin embargo, mientras que en Inglaterra su primer ministro David Cameron escribe sobre la importancia de Shakespeare en el 400 aniversario de su muerte, aquí pasamos de puntillas sobre la misma efeméride de Cervantes. Ni siquiera hay presupuesto asignado. No se dan cuenta de que Cervantes es España, que dice más El Quijote de los españoles que todas las sesiones del Congreso. Pero es más fácil, pueril y populista el debate de la cabalgata y de una bandera. Así que, no nos hablen de símbolos, ni unos ni otros. No hay nada más patrio que Cervantes y aquí en España estamos ninguneando al impulsor de un idioma que nos ha unido durante generaciones, que se habla en tascas y tabernas, que nos ha permitido entendernos y también pegarnos, pero que ha forjado las historias y la Historia de un país.

España es un país con errores y aciertos, pero España es Cervantes, es Lope de Vega, es Cisneros, es el Quijote y Quevedo. Y no tres Reyes Magos que han perdido su esencia religiosa para lograr la esencia mágica de transformar el sueño de un niño en mariposas en el estómago. Cervantes es nuestra bandera y nuestro símbolo y lo estamos ninguneando. Así que quítense el disfraz de debates absurdos sobre la cabalgata y asuman que están desnudos ante la defensa de nuestros símbolos de verdad.

(*) Óscar Sáez es periodista