Siempre quedará para la historia, para la retina de todos los amantes de las Olimpiadas el encendido del pebetero olímpico con la flecha que sobrevoló el estadio Montjuic desde el arco de Antonio Rebollo. Probablemente, la de Barcelona 92 fue la inauguración más original de cuantos Juegos Olímpicos se han disputado hasta ahora.
El torrejonero Antonio Rebollo fue el encargado de protagonizar esa imagen para la historia de los Juegos Olímpicos. Este paralímpico, que fue medalla en Los Ángeles, Seúl y en la Ciudad Condal, hizo que, con su lanzamiento, Barcelona 92 brillara desde el primer momento.
Hace tres años este ebanista de la base aérea de Torrejón concedió una entrevista a El País, en la que aseguraba, en la que afirmaba que todavía no ha visto una apertura de los Juegos como la que él protagonizó.
Para preparar el lanzamiento, Rebollo viajó en numerosas ocasiones a Barcelona para ensayar y saliera todo. Probaron en diferentes condiciones climatológicas, con viento y lluvia para que todo saliera a pedir de boca. Incluso, según relatan en Informe Robinson, los organizadores de la ceremonia trabajaron con tres arqueros y que no fue hasta unas horas antes cuando comunicaron a Rebollo que sería el elegido. Este torrejonero iluminó el planeta a ojos de 1.500 millones de espectadores.
