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Fútbol. Global Positioning System: CF Pozuelo 2 – 1 RSD Alcalá

Fútbol. 3ª División.

Todo lo concerniente a la relación entre la gravedad y el espacio-tiempo, por fascinante que nos parezca, solo ha ayudado a la construcción de un aparato de consumo general: el GPS. Cada vez que consultas tu posición con un aparato GPS, ya sea en el teléfono móvil o en el coche, aprovechas el hecho de que el espacio y el tiempo están curvados alrededor de la Tierra. Cuanto más cerca de la superficie te encuentres, más marcada será la curva, y no solo en el espacio, sino también en el tiempo.

Todos los años nos pasa lo mismo. Cada fin de semana desde que empieza la temporada vamos yendo al partido desabrigados, tan flamencos, abrazados por la cerveza de la previa pensando que nada podrá con nosotros; que somos irreductibles, irrefrenables e irrepetibles; que todo lo que comience con irre nos aplica. Es cierto, solo que el adjetivo que mejor nos define es irresponsables. Así, casi sin darnos cuenta, en un partido irregular e irresistible, nos vemos jodidos de frío bebiendo café a la brasa nivel psicólogo argentino, con las manos soldadas al plástico del vaso, la polla casi metida para dentro y a punto de perder los dedos de los pies como Juanito Oiarzábal.

Tampoco estoy descubriendo quién mató al Señor Burns. Sí, hacía frío en el Estadio Valle de las Cañas de Pozuelo de Alarcón. Hacía tanto frío que nadie esperaba un inicio de partido así; desde el pitido a las 12:00 del domingo 17/11 el RSD Alcalá y el CF Pozuelo salieron a pelear ambicionando ambos esos tres puntos que les eleven a posiciones cercanas al ascenso, constatando en esa fuerza el porqué de la cercanía de los dos equipos en la mitad de la tabla. Sin eufemismos, fakes o marcas blancas. Dejándose de hostias. Fútbol, que diría el bueno de Mendi. Rápidos e intensos; quemando. El Alcalá, con las novedades de Rafa en la banda derecha y Maikel en el mediocentro defensivo, quiso imponer su ley en el centro del campo. Presionando arriba fuerte, dinámico y con ideas en tres cuartos, percutiendo a balón parado y yendo al corte atrás con energía, sin complicaciones. Pero lo que parecía un partido que se decantaría necesariamente a su favor, terminó, y en dos ocasiones, por romper la racha de resultados (que no de juego, confianza y actitud). Al final del primer tiempo y al final del segundo, Jacobo marcó para el Pozuelo fotografiando así un 2-1 final, y al Alcalá vacío de puntos pero lleno de sensaciones tangibles. De nada sirvió el gol de Fran Pastor a mediados de la segunda parte tras una media chilena que paró el portero y que él mismo remató de cabeza tras su propio rechace; que por unos instantes hizo soñar a la grada con otra nueva remontada.

El 17 se está erigiendo como la revelación del equipo esta temporada. El partido cambió radicalmente en la segunda parte tras los cambios y la decisión táctica de ponerle de baranda del chiringo a dirigir el cotarro. Pastor retrasó su posición bajando a recibir y empezó a mover los hilos. Es una locura verle controlar y levantar la cabeza o conectar de primeras. El partido se jugó al ritmo que él quiso, absorbiendo todo el juego del equipo hacia sus pies, espolvoreando peligro a cada balón que servía. Recopiló todos los datos del juego y dirigió al Alcalá como si de un GPS humano se tratara. Conforme va cogiendo confianza partido a partido podemos estar seguros de que van a pasar cositas.

Desde que Kike se apunta a venirse a ver al Alcaletti cada semana estoy disfrutando mucho más del fútbol, por varias razones; la más pragmática es que él también es un GPS, pero de verdad. Heredado de su padre, el cabrón sabe cómo llegar a cualquier sitio de Madrid sin necesidad de mirar el Maps. Otra de sus mágicas habilidades, y por la que más le admiro y quiero, es la capacidad innata que tiene para deformar el nombre de los futbolistas hasta convertirlos en aciertos: Ficticius, Poyarzabal, Melones García, Así habló Zurutuza, entre otros, avalan lo que digo. Deberían de ponerle su nombre a su barrio solo por eso; o, al menos, darle un día en el calendario.

Qué menos.