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El muro / Por Juan Manuel Romero

Los imagino mano a mano poniendo ladrillos en el muro. Mirándose de reojo, como queriendo ignorar quién está a su lado contribuyendo a que el muro se levante. Solo les importa que cada hora que pase tenga una fila más de ladrillos hasta hacerlo infranqueable. Unidos por un hilo de intereses, bastante visible a estas alturas,  que no tiene nada que ver con el bienestar de los españoles, la unidad territorial, la lucha contra el cambio climático, el apoyo a la cultura, los incentivos a la investigación, la presencia y el prestigio de España en el mundo, el acceso a la vivienda, las dificultades de empleo de jóvenes y mayores, la dependencia, la lucha contra la violencia machista, la educación pública, la sanidad universal o cualquiera de los aspectos que verdaderamente interesan a los ciudadanos. Nada.

Tiene que ver con esa actitud tan nuestra de que no importa quedarse tuerto con tal de ver ciego al otro. Solo así se explica la imparable casi suicida carrera de Albert Rivera hacia el abismo; que Pablo Casado pretenda ignorar que con el PP se han alcanzado las cotas más bajas de moral pública y el mayor despilfarro en la gestión económica (Madrid, Comunidad Valenciana…), insultando nuestra inteligencia tratando de hacernos creer que él acaba de llegar; que ambos, Casado y Rivera, se hayan entregado a la extrema derecha sin ningún escrúpulo, sin que les haya detenido la regresión que suponen las políticas de Vox, la xenofobia, la pérdida de derechos que creemos irreversibles o la amenaza a la convivencia; o que Pablo Iglesias se empeñe en la coalición a toda costa aunque eso suponga la pérdida de la posibilidad de que haya un Gobierno progresista. No les importa nada lo que pueda pasar con España y  los españoles; solo el yo, mis intereses, mis sillones. Y que Pedro Sánchez no pueda saltar el muro que construyen día a día con mentiras, falsas especulaciones y medias verdades. En eso está consistiendo la campaña electoral de PP, Ciudadanos y Unidas Podemos.

Pero hay que decir que muros más altos han caído y que si hay un especialista en escalarlos y caer de pie, ese es Pedro Sánchez. Su trayectoria política avala su capacidad de lucha, y los meses al frente del Gobierno su decidida actitud de poner España y los españoles por delante de sus intereses personales.

Pedro Sánchez y un Gobierno del PSOE es la garantía de que podremos avanzar, ganar el futuro, vencer las dificultades si estamos todos unidos. La garantía de un gobierno fuerte, estable, comprometido en la solución de los problemas de las personas; justo en lo social, progresista; capaz de defender los intereses y el prestigio internacional de España; un gobierno que permita recuperar la confianza, avanzar en igualdad, superar los índices de pobreza, distribuir la riqueza, facilitar la competitividad de las empresas, incentivar y dar seguridad al emprendimiento, en definitiva, que sea capaz de lograr que los españoles seamos un poco más felices cada día, que debería ser el objetivo global de cualquier administración pública.

En torno a las elecciones de abril, escribí que la sensatez de los españoles determinaría el devenir de nuestro país y la sensatez se impuso otorgando al PSOE una holgada mayoría que no ha sido suficiente. Confío en que el resultado del 10 de noviembre nos ponga en la senda cierta del futuro. Que como el 9 de noviembre de 1989 en Berlín, los votos rompan el muro y no quede un ladrillo en pie. Lo contrario nos dejaría, sin duda a los ciudadanos progresistas, en el muro de las lamentaciones.

 

Juan Manuel Romero es Presidente del PSOE de Alcalá de Henares