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El festival Gigante pone el broche de oro al verano

Del 29 al 31 de agosto, Guadalajara acoge una nueva edición del festival Gigante que vuelve a apostar por un cartel ecléctico con artistas nacionales e internacionales. Analizamos el festival con su director, Alfonso López, y conocemos las principales novedades de este año.

Por Saúl Quijada

Desde hace varios años, los festivales de verano han interrumpido con fuerza en el panorama musical español. Prácticamente, cada provincia cuenta con un festival entre junio, julio y agosto y los carteles se suelen repetir en el 80% de los casos. Incluso ha surgido el concepto de “turismo musical” basado en la idea de organizar las vacaciones en torno a un festival.

Cuando las propuestas aumentan año tras año es importante contar con elementos diferenciadores que hagan del festival una experiencia agradable para el espectador. En este sentido, Alfonso López, director del Gigante de Guadalajara, considera “que es importante mantener un planteamiento firme con las ideas claras. Seguimos teniendo dos escenarios gemelos para los cabezas de cartel, el escenario Cocacola y la zona infantil y de acampada”.

Las claves que han llevado al ciclo de conciertos alcarreño a posicionarse en la primera división de festivales, por calidad y longevidad, son el recinto, el cartel y la comodidad. “Ya no se trata tanto de crecer en público sino en la calidad de la experiencia. Es un festival muy agradable, con espacio, sin masificaciones y en el que puedes disfrutar del concierto de tu artista favorito mientras los niños juegan en el césped, bailan en primera fila o se divierten en la zona infantil. El organizar una experiencia cómoda y agradable es uno de los puntos fuertes que tenemos”, señala Alfonso.

Rozalén, Rayden, La Habitación Roja, Sidecars, Zahara, Embusteros, Carlos Sadness, We are Scientists, Depedro, Los Vinagres o Shinova serán algunos de los artistas que visitarán Guadalajara del 29 al 31 de agosto.  “Tenemos un cartel muy equilibrado con grupos consagrados y emergentes, tanto nacionales como internacionales. Los artistas que nos visitan se contagian del espíritu del festival y nos hacen saber que se siente muy a gusto tocando aquí, por lo tanto, es una satisfacción inmensa que las propias bandas valoren positivamente el trabajo de todo un año”. Conseguir que para las bandas no sea un concierto más, sino que disfruten del directo y de todo lo que les rodea es fundamental para seguir creciendo. “No creo que hagamos nada especial, simplemente cuidamos a las personas que vienen a nuestra casa y hacemos que su estancia aquí seo lo más grata posible”, sentencia el director.

La relación entre Guadalajara y el Gigante va más allá de la propia ubicación. Desde la primera edición, las dos partes entendieron que era un asunto común y que debían remar en la misma dirección para conseguir los objetivos marcados y situar a la capital alcarreña en el mapa musical. Como reconoce Alfonso, “la implicación de la ciudad siempre ha sido total y cada año viene más gente de fuera que deja un retorno económico importante”.  Los conciertos en plazas, las exposiciones y las actividades para todos los públicos son algunas de las propuestas que han hecho que el Gigante no sea, únicamente, un festival situado en el estadio Fuente de la Niña, sino que se expanda por toda la ciudad.