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«Así se rompe España», el nuevo libro del humorista gráfico Ricardo Cámara

El humorista gráfico, Ricardo Cámara – más conocido como Sir Cámara –  acaba de publicar un nuevo libro que lleva por título: “Así se rompe España. El marianismo”. Hemos charlado con con él.

P – Para ser humorista gráfico qué es más importante: tener sentido del humor, ser muy crítico o ser un gran dibujante.

R – Ser muy crítico sólo contribuye a experimentar unos subidones de la tensión preocupantes, a enemistarse con todo el mundo y buscarse la ruina. No obstante es preferible ser un certero y reposado analista para sacar conclusiones en el nombre de la sensatez, el respeto y la justicia en una sociedad desigual y cada día más injusta.

Pero, lo más importante, lo fundamental para ser un buen humorista gráfico, aunque sólo se dibuje con un cierto gracejo, es tener un excelente olfato. Tenemos un problema de narices y no lo queremos ver. Y, ya metidos en el terreno de los sentidos, se aconseja que el sentido del gusto sea de muy amplio espectro, porque hay temporadas en las que eso de mover con ritmo los maxilares puede ser una casualidad y los ingredientes más bien corrientitos.

P – ¿Hasta qué punto es importante saber dibujar para hacer humor gráfico?

R – Dependiendo del estilo, artístico y argumental que desarrolle cada autor, se debe considerar que el mensaje gráfico hiperrealista y sin palabras puede tener su público; de la misma manera que cuatro trazos bien colocados, con un texto o sin él, puede decir más que “mil palabras…” El eterno topicazo.

Sin embargo, considerando que el humor gráfico de diario es un género periodístico, se precisa una capacidad de reacción bastante ágil, no sólo en el concepto, la captación de la noticia y su contraste, sino en la muñeca. Es aconsejable pensar a la velocidad que se dibuja, desdibujar para que permanezca lo esencial, rechazar los primeros destellos, alimentar a la papelera desde los comienzos del ”parto”, ser muy, muuuy autocríticos y exigirnos mucho hasta llegar a aquello que merece el receptor final de nuestro mensaje en defensa propia. El lector lo recibirá y situará entre sus coordenadas de criterio y opinión, bien con la literalidad de nuestro texto o con lo más sencillo de recordar: el grafismo que lo acompañaba y ayuda a relacionar los conceptos de la crítica.

Así se rompe España de Ricardo Cámara, Sir Cámara

Así se rompe España de Ricardo Cámara, Sir Cámara

P – En tu caso, ¿cómo surge la viñeta? ¿Se te ocurre primero el chiste o crítica, tienes la imagen o vienen ambas de la mano? 

R – Cuando cobras con tarifas del siglo XVII y abres tu archivo y ves dibujos publicados tiempo atrás, rescatas un buen dibujo, a riesgo de que alguien lo identifique y detecte el “fraude”, y lo que haces es limpiar en el Photoshop los textos y enriquecerlo con un argumento reciente que encaje allí.

Pero lo más normal es que, durmiendo o despierto, te llegue la inspiración. Las musas y los musos, la clase política en general, se nos pone a tiro. Cualquiera, próximo o lejano de nuestras convicciones, nos puede poner en bandeja algo criticable. Criticable por sí mismo o por utilidad para desviar el foco de los asuntos que más nos duelen y preocupan.

Esta actitud, y cuando los medios de comunicación están en las mismas manos, en el “Club de los amigos de las puertas sin bisagras”, antes bipartidismo, te pueden proporcionar serias dificultades laborales para los restos. Pero, aunque digan los llamados partidos nuevos que tienen capacidad de encaje, no es del todo cierto. Le comuniqué a un ilustre de esas formaciones que “Así se rompe España”, lo hice por alusiones, porque aparecía en varias tiras, y la respuesta fue un coro de grillos.

P – Se oye a muchos cómicos decir que es buena época para la comedia, imagino que para el humor gráfico también, ¿qué es lo que te da más juego?

R – Cuando nieva, como ha ocurrido este año, a la gente le viene a la cabeza lo de las raquetas para los pies, aunque algunos se peguen unos trastazos terribles porque se las ponen de ping-pong. Pues con esto pasa lo mismo. La gente oye hablar de comedia,

de humor, de monólogos, y lo mete todo en el mismo saco.

Los cómicos de escenario, radio o televisión encajan en un esquema que se arropa, se guarnece con la enfatización, las cargas prosódicas para realzar y subrayar conceptos, y los gráficos, los humoristas gráficos, somos una especie diferente. Somos los graciosos ácidos, críticos… Podríamos definirnos como los “onanistillas” solitarios de la opinión que, tras muchos bucles y tirabuzones con los temas y los personajes, acabamos en otra cosa tras pasarlo por nuestro propio control de autocensura. Y en eso estamos, oye…

P – Los periódicos no se venden como antes, aun así, algunos siguen manteniendo sus imágenes cómicas. ¿Actualmente, aparte de en los periódicos donde está el hueco para el humor gráfico?

R – El problema de este país y de otros muchos, no es que no se coma; es que siempre comen los mismos. Siempre están los mismos, haciendo lo mismo en los mismos sitios, los mismos días de la semana, ante el mismo público. Es decir, una mayoría que acepta esta inercia ya natural y una minoría que percibe mi descripción inicial.

Autores dóciles que aceptan las normas de la empresa periodística que dirige un experto en economía, la ciencia que pronostica el pasado (¡Avanza el hambre…! Pero es el vuestro) y el resto.

Los periódicos no se venden como antes porque las inserciones publicitarias se han convertido en moneda de curso legal y los últimos valientes están digitalizados, sin que esto signifique que la gente lea, que siga desmenuzando mensajes en defensa propia.  El problema no es que no se lea, es que siempre leen los mismos. Generalmente cifras, cantidades insultantes y no siempre en A.

Así se rompe España de Ricardo Cámara, Sir Cámara

Así se rompe España de Ricardo Cámara, Sir Cámara

P – Tu nuevo libro se llama “Así se rompe España. El Marianismo”, con prólogo de Miguel Ángel Revilla. ¿Qué podemos descubrir en el libro? ¿Y cómo llegas a Revilla para que escriba el prólogo?

R – Mi penúltimo libro, ya estoy liado con el siguiente, una recopilación de “Relatos de CHICHI-NABO”, argumentos extirpados a esta sociedad para entender mejor el bien, el mal y el tiempo; el que se pierde, el que se gana, el que viene…

Pero en “Así se rompe España”, lo que va a encontrar el lector es algo así como un recipiente de pasas, con sus rabitos y todo, que dicen son buenos para eso que nos falta por aquí: la memoria. Es una recopilación de medio millar largo de tiras, ordenadas cronológicamente, desde que a M. Rajoy le alquilamos La Moncloa y hasta el episodio catalán que todo lo invade para beneficio de unos y utilidad de otro.

Pero no es un libro recopilatorio más de humor gráfico, tiras, tiras, viñetas, viñetas, más tiras… No. Este libro lleva un ingrediente cárnico/literario que he denominado Las Líneas Rojas, chistórricas y choriceras, en clara alusión al protagonismo que la carne entripada ha cobrado en España, que sirven de ayuda al lector a la hora de hacer ese viaje por nuestra historia más reciente que muchos han olvidado.

Me pregunta cómo llegué a Revilla… Pues es fácil. En Santander, preguntas por la calle Peñaherbosa, donde está la sede del Gobierno de Cantabria, cerca del paseo de Pereda, y como al señor Revilla le rondan por la cabeza cuestiones relacionadas con la justicia social, como a mí, y no se explica ciertos aspectos derivados del llamado “marianismo”, y como conocía mi trabajo de mis muchos años de colaborador en el diario Alerta desde la agencia de Manu Leguineche, pues me escribió el prólogo.

P – ¿Qué te da más satisfacciones, el humor gráfico o la gastronomía?

R – No es comparable. El humor gráfico es mi verdadera profesión, ya 44 años haciendo cada mañana una radiografía de las cosas que nos duelen, alternando esto con radio, televisión, publicidad y no sé cuántas tontadas más…  Lo de la gastronomía nació como afición cuando descubrí que escribía con un cierto sentido. Y todo por responder a un reto. El redactor jefe de La Codorniz se enteró de que había publicado un texto en las páginas de opinión de un periódico y se enfadó muchísimo. Dijo que “…¡¡¡los dibujantes dibujan y los escritores escriben…!!!” Le respondí que podía hacer las dos cosas y le pregunté si el dibujaba. Se acabó la relación cordial. No sé por qué.

A lo que iba. En la agencia del querido Manu Leguineche había que multiplicarse para ofrecer una variedad apetecible a los periódicos periféricos que recibían nuestro trabajo. Le ofrecí una sección de animales domésticos, con el pseudónimo de Fernando Cruz; otra de crónica rosa como Martín Zalacaín y la inevitable crónica de gastronomía en los comienzos de los años noventa como Daniel Gálvez.

Con el paso del tiempo llegué a la web de la revista Sobremesa, que con tanto encanto dirige Mayte Lapresta, y ahí pueden leer ahora mis blogs.

P – Te imaginas un talent show en la televisión de humor gráfico similar a los que ya existen de cocina?

R – No hay que imaginar mucho. Sólo habría que imaginar los decorados y la manera de realizar un programa así para que sea apetecible a la audiencia. En cuanto a los contenidos te diré que ese talento no precisa someterse a concurso, ni pasar pruebas. Hay gente interesantísima en el terreno del humor gráfico. Brillantes analistas de la información y excelentes artistazos. Pero he de recurrir de nuevo a lo que dije unas líneas más arriba: “El problema no es que no se haga humor gráfico, es que siempre lo hacen los mismos” y algunos gratis. Es frecuente; sobre todo por una buena causa. Hay que regenerar la cantera. Faltita nos hace.

«Así se se rompe España» se puede comprar ya en www.terranatio.com sin gastos de envío.

Informa Verónica González (Tapeando Radio)