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Ansiedad y estrés en épocas de exámenes: Cómo evitarlos

Ansiedad y estrés en épocas de exámenes: Cómo evitarlos

Las épocas de exámenes suponen siempre para los estudiantes un periodo en el que los nervios, el estrés y la ansiedad pueden jugarles una mala pasada. Lo bueno es que esto puede controlarse.

Sea cual sea el nivel educativo, los nervios cuando hay que hacer un examen son normales. Pero cuando no nos dejan ser capaces de demostrar en el examen nuestros conocimientos y preparación, hay que pararse y aprender a controlarlos. ¿Qué podemos hacer para controlar esa ansiedad y no dejar que arruine el examen?

Los nervios ante un examen son normales. Pero cuando no nos dejan demostrar nuestros conocimientos y preparación, hay que pararse y aprender a controlarlos

Los nervios en los exámenes

Los nervios y la ansiedad ante un examen pueden afectar tanto a adultos como a niños, y pueden aparecer ante cualquier tipo de examen, ya sea un control normal y corriente, exámenes finales, para sacarse el carnet de conducir o para unas oposiciones. Las personas que lo sufren con más intensidad suelen ser las más perfeccionistas, que se evalúan y ponen a prueba a sí mismas continuamente.

Todo nerviosismo es inevitable cuando nos enfrentamos a una prueba, pero hay casos en los que se desarrollan muchos de los síntomas relacionados con los trastornos de ansiedad como son la desorientación, los mareos y/o vómitos, temblores, sudoración o dificultad para respirar. Es en esas circunstancias cuando hacer el examen se vuelve imposible.

Las personas que sufren la ansiedad ante un examen con más intensidad suelen ser las más perfeccionistas, que se autoevalúan y se ponen a prueba continuamente

Cómo evitar esta ansiedad

En todo examen es obvio que nos jugamos algo, y por lo tanto es un momento importante. Pero debemos relativizar la situación. Nadie quiere suspender un examen, pero un suspenso no es el final por muy importante que sea el examen. Siempre hay otras posibilidades.

Algo fundamental a la hora de enfrentarnos a un examen es confiar en uno mismo. Si se ha preparado bien el examen, no hay motivos para pensar que podamos hacerlo mal. Pero es obvio que prepararlo con antelación y estudiar lo suficiente para enfrentarse a cualquier sorpresa ayuda a hacer frente al examen sin nervios.

Es fundamental confiar en uno mismo. Si se ha preparado bien el examen, no hay motivos para pensar que podamos hacerlo mal

Así mismo, si notamos que nos ponemos nerviosos mientras hacemos el examen no tenemos que alarmarnos, porque eso sólo hará que los nervios aumenten. Los nervios en el examen son algo natural, y un poco de ansiedad puede actuar como mecanismo de supervivencia. Si tenemos un poco de ansiedad podemos hacer el examen con más atención porque estaremos más alertas.

Es en los momentos de mayor estrés, de esa ansiedad indeseada, cuando tenemos que evitar el nerviosismo incontrolado. Y para eso podemos utilizar alguna técnica de relajación. Cuando empecemos a notar los síntomas de esa ansiedad excesiva, como palpitaciones o sudoración, es mejor que paremos y nos tomemos unos cuantos segundos para respirar profundamente. Esto hará que nos centremos en el examen en lugar de en los nervios.

Si empecemos a notar síntomas de ansiedad excesiva, como palpitaciones o sudoración, es mejor que parar y tomarse unos cuantos segundos para respirar profundamente

Pautas para mantener el estrés controlado

Hay algunas pautas que se pueden seguir antes del examen, y también durante el mismo, que nos pueden ayudar a mantener ese estrés, ansiedad y nervios bajo control o, al menos, minimizar sus efectos.

  • Liberar tensiones a través del ejercicio. Hacer ejercicio varias veces durante la semana es un buen remedio contra los nervios, y ayuda a liberar tensiones. Correr, nadar o practicar cualquier deporte que nos resulte agradable ayudará a despejarnos.
  • No abusar de la cafeína. Las bebidas con altas dosis de cafeína no son aconsejables el día antes de un examen, por mucho que nos puedan mantener despiertos durante horas. Una vez que sus consecuencias desaparecen, el efecto que se produce es lo contrario: cansancio extremo, falta de concentración y agotamiento. Lo más recomendable es dormir un mínimo de ocho horas el día anterior al examen, ya que el sueño reparador ordena nuestras ideas y nos ayuda a que los conocimientos afloren más fácilmente. Así, no nos pondremos nerviosos a la hora de responder a loas preguntas del examen.
  • Remedios naturales. Hay ciertas plantas medicinales que tienen efectos calmantes y ayudan a que dejemos de lado los nervios durante las épocas de exámenes. La pasiflora, la valeriana o la tila están elaboradas a base de ingredientes cien por cien naturales y resultan muy eficaces contra los nervios y la ansiedad. Podemos tomarlas en pastillas o en infusiones.
  • Ejercicios de relajación. Además de los remedios naturales, las técnicas de relajación como el yoga pueden venir muy bien a la hora de relajarnos mental y físicamente. Pero si no tenemos tiempo, hay otros ejercicios que pueden ayudarnos como por ejemplo sentarnos cómodamente, manteniendo recta la espalda, para aspirar el aire por la nariz y expulsarlo por la boca. Después de unas cuantas repeticiones de este ejercicio lentamente veremos cómo nos sentimos mucho mejor.
  • Leer con atención. Muchos expertos recomiendan dedicar un tiempo a leer atentamente todas las preguntas antes de lanzarnos a responder como si el tiempo fuera a acabarse. Viene muy bien hacer primero una lectura general del examen, después concentrarnos en leer las preguntas lentamente, una a una, y formarnos una estructura mental de las posibles respuestas. Así, ordenaremos nuestras ideas y nos tranquilizaremos, sintiendo menos estrés y respondiendo a las preguntas con mayor facilidad.

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