Por Luis Alberto Cabrera
Hay miradas que a la mayoría de las personas nos hacen volver la cabeza, pero no a Sergio Tenreiro que las percibe de frente y descubre belleza en expresiones efímeras. Primero empezó con paisajes de los lugares a los que iba de viaje, pero terminó buscando un enfoque más humano: «un día andando por Madrid me paré a hablar con un vagabundo y surgió la inquietud. Empecé interesándome por su situación y terminé fotografiándole». Desde ese instante «empecé a publicar mi trabajo en las redes sociales y fue surgiendo todo esto. La gente me decía que le gustaban y cada vez eran más vistas».
Así hasta llegar a sentir autentica fascinación por los rasgos y expresiones de las personas sin hogar. Para esta exposición, ha elegido «a veinte narradores mudos que muestran el dolor de no tener nada más que el calor de los cartones, que gritan y ríen con la pasión dolorosa que regala la esquizofrenia».
Y todo sin premeditación, sin querer. Casi, sin darse cuenta, Sergio ha convertido su afición por la fotografía en un discurso gráfico extraordinario que destaca por su alta calidad estética y la fuerza del rostro humano.
La exposición fotográfica de Sergio Tenreiro se puede visitar en la Biblioteca Cardenal Cisneros hasta el 31 de mayo.
