Hubo un tiempo, de esto hace ya muchos años, en el que pensaba que la calidad de los libros venía marcada por el número de páginas. Pensamiento absurdo de adolescente que se borró de mi mente cuando cayó en mis manos un libro de —en mi opinión— el otro Miguel más importante de nuestra literatura, Miguel de Unamuno y su San Manuel Bueno, mártir. Ese fue el punto de inflexión que necesitó mi mente para buscar caminos distintos, otra literatura, más concentrada, y que podía ofrecer obras de calidad sin tener que recurrir a páginas y páginas de paja para rellenar los vacíos de una historia. De ahí, supongo, nació mi gusto por el relato breve.
El cuento o relato breve posee una larga vida que se remonta a siglos de antigüedad, un género que ha sido cultivado por grandes escritores de todos los tiempos (puedo recordar, así a bote pronto, nombres como Mark Twain, Kafka, Lovecraft, Joyce, Asimov, Salinger, Carver, Chejov, y un largo etcétera) y que goza de reconocimiento a nivel mundial. En España, siempre se le ha mirado con cierto recelo, considerándolo un género menor, aunque ha sido en los últimos años cuando ha conseguido tener un mayor auge.
No obstante, y gracias a la labor y al buen hacer de muchos, en Alcalá, el relato es un género que se apoya y se promueve altamente. Tanto es así que desde el propio Ayuntamiento, en colaboración con La Posada de Hojalata y con Inventa Editores, se han propuesto recientemente las bases para el 1er Certamen de Relato Breve La Posada de Hojalata. Este es un certamen dirigido a estudiantes de secundaria, cuna de lo que serán los futuros escritores, y que ayudará a jóvenes del Corredor del Henares a adentrarse en un mundo que goza de ambas cosas, dificultad y belleza al mismo tiempo.
Cuando Inventa Editores no era más que una idea y se estaban forjando sus cimientos, muchas opciones se barajaron para sus colecciones, pero hubo una que estuvo —y se mantuvo— desde el principio. El relato breve. La primera obra que se publicó desde la editorial fue 2084, una obra de ciencia ficción en la mitad de los autores que participaron en la compilación eran de la zona del Corredor del Henares.
Ese fue solo el principio. Desde ahí, publicaron otras cuatro obras más dentro de la colección dedicada al relato, Imaginabreve, (El sonido de los sapos, El lenguaje de los puentes, Modernos aprendices de brujo, y Decálogo de asfalto y barro); además, publicaron dos obras en las que proponían una nueva vuelta de tuerca a la visión típica del arte, Todo tiende a cero menos tú, que fusiona de manera magistral relato, poesía e ilustración, y Alma de cobre, primera incursión de la editorial en la novela breve (esta vez, dentro del género negro)
Descubriendo el talento
Fiel a sus ideas, Inventa ha procurado dar oportunidad a nuevos autores y descubrir — quién sabe— a los futuros Hemingway, Ambroise Bierce, Poe o Philip K. Dick. Por eso se ha unido a La Posada de Hojalata y al Ayuntamiento de Alcalá en la búsqueda de nuevos talentos a través del certamen de relato breve, y sigue apostando por nuevos autores poseedores de una gran calidad literaria. Es el caso de Nuria Cubas, azudense, viajera infatigable y autora novel de relatos con un envidiable estilo literario —uno de esos cuentos, El sacrificio del éxito, fue publicado dentro de El lenguaje de los puentes (Inventa, 2016. VVAA)— y cuya próxima obra, una fantástica antología escrita a modo de crónicas de viajes y cuyos protagonistas evolucionan a lo largo de los diferentes relatos, verá la luz —las musas mediante— en la primera mitad de 2018. Lo estamos deseando.
Hay que recordar que la literatura es mucho más que esas novelas de mil páginas y portadas brillantes que amueblan los escaparates de las librerías. Existe una literatura más independiente y con una extraordinaria calidad que está deseando ser descubierta. Solo tenéis que atreveros a cruzar esa línea, la del pensamiento mayoritario, y buscar la diferencia. No os arrepentiréis, lectores.
