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Un proyecto de la Universidad de Alcalá ayuda a los adolescentes alcalaínos a prevenir el cáncer de piel

La adolescencia es una época vital en la que las actividades al aire libre son muy frecuentes y, por tanto, la exposición solar es alta (se calcula que en esta etapa se recibe el 50% de la radiación solar total de la vida y las quemaduras solares suponen un riesgo mayor). A esta situación los adolescentes se enfrentan con una baja o casi inexistente protección, debido a la influencia del grupo y la ausencia de influencia de los padres. Y, por supuesto, es nulo el sentimiento de miedo y vulnerabilidad a padecer una enfermedad, por lo que les resulta difícil plantearse actuaciones que solo darán resultados en el futuro.

La investigación se ha llevado a cabo dentro de la tesis doctoral de la doctoranda de la UAH Alba Gómez Zubiaur, dirigida por la profesora de la Universidad de Alcalá y dermatóloga del hospital Príncipe de Asturias Susana Medina Montalvo, y está relacionada con la prevención primaria y secundaria del melanoma, que es el tipo más serio de cáncer de piel (con frecuencia, el primer signo de un melanoma es un cambio de tamaño, forma, color o textura de un lunar o la aparición de un lunar nuevo).

‘Hemos realizado el trabajo con los alumnos de entre 14 y 16 años de los institutos y colegios de Alcalá de Henares y ha consistido en una charla de carácter divulgativo en un total de 20 centros públicos y concertados de la ciudad, abarcando un público de 1.550 adolescentes. Durante la charla divulgativa se ha dado a conocer el melanoma y se han destacado las medidas de fotoprotección para prevenir su aparición (prevención primaria), así como en la autoexploración y consulta dermatológica sobre lesiones pigmentadas para favorecer su diagnóstico precoz (prevención secundaria)’, señala Alba Gómez.

A nivel de prevención primaria se ha insistido en la importancia de evitar las exposiciones solares intensas y el uso de lámparas de bronceado artificial, así como la necesidad de usar ropas, sombreros y gafas adecuadas que se complementarán con la aplicación de fotoprotectores. En cuanto a las medidas de prevención secundarias, ‘se ha explicado la necesidad de revisión periódica de los lunares, haciendo referencia a la ‘regla del ABCDE’ – A de asimetría, B de bordes irregulares, C de múltiples colores, D de diámetro mayor de 6 mm, E de evolución o cambios en el tiempo- y la ‘regla del Patito Feo’ – todos los lunares deberían ser bastante parecidos, tener la misma forma y los mismos colores; si hay alguno que se sale de la norma, se convierte en sospechoso, dice la regla- como pistas clave para identificar los ‘nevus’ sospechosos y consultar por ellos al médico’, señala la investigadora.

También se va a determinar el impacto que han tenido estas charlas en los conocimientos y actitudes de los adolescentes en el ámbito de la prevención. ‘Se han recogido datos a través de un cuestionario, que están siendo analizados en la actualidad, y se esperan obtener resultados favorables, en un plazo aproximado de 2 años, que apoyen la importancia de este tipo de actividades formativas en los centros educativos. El objetivo es que puedan continuar siendo realizadas de forma protocolizada y no solo como un proyecto a título personal’, indica Alba Gómez. Para el análisis y obtención de conclusiones las investigadoras cuentan con la colaboración de los profesores María Sandín y Francisco Bollumar, de la Cátedra de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alcal