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Transformación, digital y alcalaína / Por David Arranz

Tras los peores momentos de la crisis, parece que la tendencia de creación de empleo en nuestro país se ha consolidado y trimestre tras trimestre se revientan los datos del año anterior, algo que sin duda no solamente significa que la creación de empleo continuará, sino que la calidad del mismo y el incremento salarial empiezan también a ser una realidad.

Todo esto no es de ningún modo una razón para la autocomplacencia. Si bien las reformas, especialmente la laboral, han sido eficaces para la creación de empleo, España debe ser muy consciente de la obligación de cambiar o al menos mejorar su modelo productivo. Es una asignatura no obligatoria, sino vital para todo el país.

Como la revolución industrial arrampló con el modelo artesanal en su momento, hoy en día la transformación digital cambiará tres aspectos diferentes de cada negocio: primero, el canal mediante el cual se conseguirá el cliente y entregará el producto; segundo, el propio producto que suplirá mejor unas necesidades preexistentes o unas nuevas que surgirán, y tercero, la automatización de procesos internos produciendo no sólo una reducción de costes sino un incremento en la calidad por el descenso del número de fallos.

Aquel que llegue mejor al cliente, aquel que sea capaz de identificar mejor las necesidades a satisfacer, así como el que sea capaz de hacer reducir sus costes internos, será el que se lleve el gato al agua en un mercado global y por tanto con una enorme competencia, y para ello deben utilizarse las herramientas que la transformación digital nos brinda.

Es una verdadera pena que diversas empresas insignia del Corredor del Henares como Roca nos hayan dejado, produciendo un grave perjuicio para los trabajadores y para todos los alcalaínos, pero en estas circunstancias España no es más un país competitivo a nivel salarial y si queremos reindustrializar la región tenemos que adaptarnos a las nuevas circunstancias a través de este nuevo modelo productivo ligado a la transformación digital. La realidad puede ser dura, pero no por ello es menos real y lo mejor es estar preparado. Un ejemplo, aunque no el único, es el almacén que Lidl anunció hace un par de años que implantaría en nuestra ciudad. Estos proyectos cuentan con un alto contenido tecnológico y de automatización, que si bien no son extensivos en empleo, garantizan en este caso un nada desdeñable numero de 275 puestos de trabajo estables, de calidad y preparados para el nuevo contexto digital.

Por ello España en general y Alcalá en particular, deben preguntarse cuál quiere que sea su modelo, su visión de país y ciudad para los próximos 30 años, y aglutinar a todos los agentes para dotar del largo plazo que todas estas decisiones necesitan. Ayuntamiento, empresas y Universidad deben tener un diálogo y colaboración constante con el fin de dotar al desarrollo industrial de nuestra ciudad de la posición estratégica para ser competitivos en un mercado global. No olvidemos que de aquí a unos años la robótica copará muchos aspectos de nuestras vidas y EE.UU, Alemania y Japón son líderes mundiales en robótica con ingenieros a los que los alumnos de la politécnica de Alcalá nada tienen que envidiar, si acaso, las posibilidades que tienen a su disposición.

También deben crearse las condiciones necesarias para que aquellos que crean riqueza no sólo para ellos sino también para otros aplicando ideas y tomando riesgos, tengan las herramientas adecuadas para hacerlo. En el peor de los casos, las empresas no pueden tener barreras de entrada puestas por la Administración, y medidas como el cheque emprendedor propuestas por la oposición en nuestra ciudad deben ser estudiadas con detenimiento y no ser rechazadas sin miramientos. Todo esto exige tranquilidad, buenos alimentos y bajas dosis del sectarismo que acostumbramos a ver, porque las ideas pueden ser buenas aunque no se te hayan ocurrido a ti.

David Arranz es analista de transformación de negocio en BMW, Múnich.