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Numancia llega al Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares

El ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, presentan el miércoles 19 la exposición Schulten y el descubrimiento de Numancia.

Entre la realidad histórica y el mito, los acontecimientos que tuvieron lugar en la ciudad de Numancia hace ahora 2150 años, conservan intactos su fuerza evocadora, y aun inspiran valores que, desde el siglo XIX, sirven para asentar la construcción de las identidades nacionales. Con un ojo puesto en la arqueología y otro en aquel proceso que medraba al calor del ideal romántico, el MAR disecciona la historia del descubrimiento de la ciudad, a través del historiador alemán Adolf Schulten.

El despertar de la sed de descubrimientos

Y es que ese ideal romántico alimenta su imaginería con civilizaciones del pasado que representan la pureza de unos valores que se reclaman en el presente como fundamento de las naciones. Los logros de Schliemann en Troya y Micenas o Evans en Knossos son el epítome de esta fiebre arqueológica, de motivaciones no estrictamente científicas, que inspiraron a muchos a buscar otras cunas de civilización. La toma de Numancia y su legendaria resistencia al invasor romano no pasaron desapercibidas para un joven profesor alemán que hizo de su supuesto descubrimiento la piedra angular de su carrera.

Polémico y renovador, de fuerte y narcisista personalidad, odiado por unos y considerado un sabio por otros, lo cierto es que el legado de Schulten ha sido una larga sombra en el panorama académico español, hasta el punto de que muchas de sus conclusiones tras excavar el cerro de la Muela siguen vigentes o no han conocido una revisión hasta hace poco. Si bien el mérito del descubrimiento de la ciudad en sí corresponde a Eduardo Saavedra, hay que atribuir al alemán la excavación del impresionante cerco que Emiliano Escipión el Africano levantó a su alrededor para consumar su victoria.

El discurso expositivo: Numancia en 1905

El espectador es recibido por un audiovisual que presenta la ciudad de Numancia y la intervención que Schulten realizó en 1905. Situamos así el objeto de nuestra exposición, pero, huyendo de la falta de rigor histórico en que un acercamiento demasiado entusiasta al mito nos podría hacer caer, invitamos al visitante en profundizar en las causas, las motivaciones y los entresijos de una sociedad y un tiempo concretos; Numancia se trasforma así en catalizador de una época y Adolf Schulten en la personalización de una forma de entender el mundo.

El contexto que respiraron los protagonistas de nuestra historia, es perfilado a través de unidades que nos hablan de España en la Europa de 1900, de la eclosión de la arqueología española a principios del S. XX y de la influencia de los arqueólogos europeos -especialmente alemanes y franceses- en suelo español. El retrato que se nos muestra, revela la tensión entre corrientes renovadoras y conservadoras, entre un despertar científico, propiciado por influencias externas, y un orgullo por lo propio y el pasado común a veces herido.

Una revisión necesaria

Si bien la aportación de Schulten al conocimiento de Numancia y su cerco es de un gran valor, el alemán no deja de ser hijo de su tiempo y por tanto arrastra carencias metodológicas importantes y su visión adolece de un excesivo entusiasmo por ver aquello que más le convenía. Es por ello que estudios más recientes, cuyas conclusiones aquí presentamos, han revisado el mundo numantino; la complejidad estratigráfica, que ahora fundamenta la metodología arqueológica, no fue tenida en cuenta por el equipo alemán, lo que dificulta enormemente la asignación de lugares y cronologías de muchas de las piezas excavadas.

Desde que fueran depositadas por el propio Schulten en el Museo de Mainz, las piezas fruto de la excavación que sacó a la luz el cerco de Numancia no habían vuelto a su país de origen. Esta exposición propicia el retorno de casi 500 de ellas, primero a Alcalá y más tarde al Museo Numantino de Soria, el paisaje al que pertenecieron. Otras instituciones, como el Museo Arqueológico Nacional, el Instituto Arqueológico Alemán, la Biblioteca Pública de Soria, El propio Museo Numantino, el Archivo General de la Administración y la Real Academia de la Historia han prestado piezas de sus colecciones para ilustrar el discurso expositivo, entre las que destacan el vaso celtibérico de la doma del Caballo, el diario de excavación de Schulten o Sigillatas romanas cedidas por el MAN, procedentes de los yacimientos de Numancia.

En total, casi 700 piezas expuestas para ilustrar el discurso expositivo, que retratan la vida cotidiana de los soldados en los campamentos que se construyeron para el asedio –como panoplia militar, ajuar doméstico o restos constructivos- o la realidad indígena -principalmente a través de restos cerámicos- además de fondos documentales y bibliográficos –fotografías de época, planos originales, dibujos resultantes de la excavación,…- de extraordinaria riqueza y variedad.

Esta relación entre instituciones permite un acercamiento y una colaboración siempre provechosa, que en este caso aúna en el comisariado de la exposición a Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico Regional y Marian Arlegui, conservadora del Museo Numantino e implica a la Junta de Castilla y León, a la Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a la Comunidad de Madrid, a las instituciones alemanas y al Ayuntamiento de Soria, promotor de Numancia 2017.