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La Universidad de Alcalá, modelo de gestión / Por Carlos Marín

Corría  el año 2010 y siendo un joven estudiante de la Universidad de Alcalá me encontré con las primeras elecciones para elegir al rector de mi Universidad. Tras informarme sobre las diversas candidaturas decidí votar y apoyar a Fernando Galván y su equipo. Hoy, 7 años después y en el final de su segundo mandato puedo decir orgullosamente que acerté con mi voto.

En aquel momento, buscaba  un rector que despolitizara la UAH que hasta entonces se había convertido en el retiro espiritual de muchos expolíticos y creo humildemente que lo ha conseguido, ha hecho que su gestión se base en la profesionalización, en la investigación y  el conocimiento que es a lo que verdaderamente se tiene que dedicar una universidad pública.

Todo este camino no ha sido fácil, puesto que la crisis económica y los ajustes presupuestarios obligaron en 2012 hacer una ambiciosa y valiente reforma administrativa (ojalá otras administraciones fueran igual de ambiciosas) a través de la supresión y reordenación de departamentos, permitiendo sanear la universidad y servir de modelo a otras universidades anquilosadas en estructuras ineficientes  como la Complutense o la Autónoma. Solo hay que visitar los edificios de la UAH y ver cómo se han rehabilitado y cómo se ha hecho de la eficiencia energética y la sostenibilidad un modelo de gestión que incluso ha recibido varios premios internacionales, a diferencia de la Universidad Complutense donde el estado de conservación de muchas de sus instalaciones deja mucho que desear.

residenciauah

Pero sin lugar a dudas si algo hay que destacar de la gestión de Fernando Galván es el sacar adelante, en plena crisis económica, el proyecto de los Cuarteles del Príncipe y Lepanto. En primer lugar, con la construcción del CRAI, una enorme biblioteca puesta al servicio de la comunidad universitaria y de los alcalaínos (muy pocas ciudades tienen este privilegio) con más de 1.200 puestos de estudio, abierta 24 horas al día los 365 días al año y que ha servido para dar vida a una plaza bonita pero fría y desangelada como era la Plaza de San Diego.

Universidad de Alcalá residencia

En segundo lugar, ha puesto en marcha una enorme residencia universitaria de 400 habitaciones en colaboración con el capital privado (un modelo que se podría utilizar en edificios municipales como Sementales puesto que hoy en día es imposible de sufragar exclusivamente desde la iniciativa pública) y el Museo de Arte Iberoamericano. Todo ello, sin prejuicios ideológicos permitiendo la entrada de inversión privada sin la que hubiera sido imposible sacar adelante tan magno proyecto como son los viejos Cuarteles del Príncipe y Lepanto.

Pero si hasta ahora ha sido mucho lo logrado, esperemos que el último año de mandato de Galván consiga encaminar lo que queda del proyecto de los Cuarteles, como son el Palacio de Congresos para dar respuesta a congresos de más de 400 personas y que actualmente la ciudad no tiene, o finalizar y dar uso a toda la zona de los cuarteles próxima a la calle Azucena. Por no hablar de recuperar un magnífico jardín que muy pocos alcalaínos conocen y que también se encuentra en el interior del viejo acuartelamiento.

Por tanto, solo podemos agradecer la buena gestión que se ha hecho de la UAH en momentos muy difíciles y que esperemos que ese importante legado recaiga en un futuro en buenos gestores de lo público.