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Kike Suárez: «La vida se entiende y se saborea mejor si la acompañas de canciones»

Por Saúl Quijada

Hablamos con el músico, escritor y periodista Kike Suárez «Babas», un poeta que le pone música a sus versos. El sábado 27 de mayo estará actuando en el «Festival Juglares contra el Cáncer».

 

Te defines como una “persona que escribe”. ¿Para qué sirven las canciones?

Como creador de canciones estas me sirven para sacar, para sanar, para divertirme, para ajustar cuentas. Encontrar una melodía y encajarle una letra, cuando te quedas a gusto, es un acto masturbatorio que deja otro tipo de orgasmos, los de la creatividad.

Como oyente, las canciones son la banda sonora de la vida. Evidentemente se puede vivir sin musica, pero pierde enteros y encanto.  Le vida se entiende y se saborea mejor si la acompañas de canciones.

¿Te sigues metiendo bajo la piel de la canción cada vez que subes al escenario?

Soy un escritor de hechos reales, bajo la piel de cada canción hay situaciones propias, reflexiones personales en voz alta, gente de carne y hueso… Y todo eso está presente cada vez que ejecutamos una canción en directo. Bajo la piel está la sangre, y cuando se canta, la boca ha de saber a sangre.

Los valores que  ensalzas en tus textos como  la lealtad, los amigos o  el origen del barrio tienen un lenguaje mafioso que le aporta un halo de realidad especial.

Lenguaje mafioso son más bien cosas del estilo “Luís, se fuerte”, “Soy la Madre Superiora, muéveme dos misales” y demás etcéteras. Yo utilizo algunos códigos lingüísticos de barrio, que no pasan (y orgulloso) del guiño al trapicheo o la jerga del lumpen proletario… ese es mi mundo, el lenguaje mafioso se habla en otros despachos…

Imagino que te lo habrán comentado en alguna otra ocasión, pero la manera en la que utilizas las palabras me traslada al mundo de Montero González.

Sí, me lo han dicho antes. Pero no te puedo decir, aún no he leído a Montero, es de esas cosas que tengo largamente pendientes. Soy lector lento. Ahora estoy obsesionado con Moby Dick, y aún he de terminar la de Juan Marsé, y tengo al Quijote parado en Zaragoza… Pero llegaré a Montero.

En el concierto del sábado en Alcalá, ¿habrá muchas canciones de “Carta Blanca”, tu primer álbum, en el repertorio o defenderás los temas del último disco?

Hay temas del primer y segundo disco de Kike Suárez y La Desbandada, y se completa el repertorio con canciones de King Putreak, The Vientre y Huevos Canos. Kike Babas en directo tiene presente y pasado, y hace un muestrario de todo ello.

¿Cómo fue la presentación de “El banquete del mendigo”?

El documental biográfico se presentó en el Cine Metropol de Madrid. Es curioso ver tu vida escénica resumida en una hora y contada por capos como Leiva, Kutxi Romero, Javi Carne Cruda, Manolo Kabezabolo, Capitán Cobarde, Francis Doctor Deseo, Julián Siniestro Total, etcétera.

Háblame de cómo nace Vis a Vis.

Me enteré que Leiva estaba componiendo una canción para Sabina. Y yo con todo mi morro le mandé un mensaje a Leiva para que dicha canción empezase con el verso: “Y qué bonito mirar las sombra que hacen las rejas mientras meto las orejas en el centro de tu andar”. El caso es que Leiva ya tenía hecha la canción para Joaquín (“Tiramisú de limón”), así que decidió coger ese verso y hacer otra canción, y me obligó a terminar el resto de la letra. Se llamó “Vis a vis” y la incluyó en su primer disco en solitario. Yo también hice mi propia versión y la metí en mi último disco “Sueño a la vista”.

Como periodista y músico, ¿en qué estado se encuentra la crítica musical en nuestro país?

La crítica musical es una semi-profesión y, salvo casos contados, cualquier crítico musical ha de buscarse las habichuelas por otro lado. Si se hace de un oficio un hobby semi-amateur se corren ciertos peligros… Ojo, sigue habiendo grandes críticos, gente a la que da gusto leer cuando habla de música…

Imagino que muchas veces habrás dejado por escrito no abandonar nunca este oficio…

Por escrito no lo sé, no lo recuerdo. Pero por las mañanas, ante el espejo, me suelo decir que a un libro le sigue otro libro, y a una canción otra canción… Y con ese mantra comienzo el día…