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Conductores de Alcalá, acostumbraos a las bicis / Por Emilio Sánchez

Conductores de Alcalá, acostumbraos a las bicis / Por Emilio Sánchez

Por Emilio Sánchez (*)

¿Qué tiene el coche que saca lo peor de nuestros adentros? Todos a nuestro alrededor son nóveles torpes y nosotros, la reencarnación de Ayrton Senna. Un semáforo en ámbar es una cuenta atrás, alguien aparcando un incordio y un lento, el peor de todos los seres en la faz de la tierra. Si te has sentido un poco identificado, el último proyecto del gobierno complutense te va a incomodar: Las bicicletas vuelven a la carretera.

Es una falacia de partida, ya que nunca se fueron. El carril bici de Alcalá de Henares es un desastre. Salvo algunos tramos contados, como los de Espartales o el Paseo de la Esgaravita, circular por el carril bici es una tortura. No sabemos cuántos millones de euros se tiraron por aquel desagüe, pero lo que es seguro es que no ha servido para fomentar el uso de la bicicleta en una ciudad esculpida para ello. Somos una ciudad tan llana que podríamos contar las cuestas con los dedos de la mano. Que no haya más personas desplazándose en bicicleta por la ciudad es una idiotez.

Hay que darle la vuelta a la tortilla. El hogar de las bicicletas debe ser la carretera, junto a los coches. La acera es para los peatones, que hacen suyas, además, las aceras bici. Circular en bicicleta por esos tramos, como el de Vía Complutense junto a Derecho, es un peligro para los viandantes. El propio concejal de Movilidad lo desaconseja. Por todo ello, amigo conductor, relájate. Las bicicletas son tan propietarias de la carretera como los vehículos a motor.

Para reforzar esa idea nacen las calles 30, una red de vías en las que al menos el carril derecho verá limitada su velocidad máxima a 30 kilómetros por hora. Me cuesta creer que los coches vayan a bajar el ritmo, pero el solo hecho de que las calles estén señalizadas como ‘territorio-bici’ favorecerá la circulación sobre dos ruedas. Servirá para cambiar la actitud de muchos cafres al volante.

Y ojo. En las calles 30 habrá que respetar al ciclista, pero no quiere decir que el resto de vías pasen a ser un imperio a motor, vedado para ciclistas. Las bicis tienen el mismo derecho que los coches a circular por donde quieran. Y para asegurar a los primeros en puntos clave nace este proyecto. Evidentemente, muchos ciclistas deben abandonar la idea de que la carretera es su patio de recreo, subiendo y bajando de la acera cuando conviene. Pero, sin duda, es mucho más importante que los coches respeten al débil, al que debe circular por la carretera sin miedo a que una rueda le acabe aplastando.

(*) Emilio Sánchez es periodista de Ser Henares