El árbitro alcalaíno Carlos del Cerro Grande completó una soberbia actuación en la final de la Copa del Rey, que venció el FC Barcelona por 2-0. El colegiado complutense acertó en las dos acciones más determinantes del encuentro: las expulsiones de Mascherano y Banega.
Quedaban poco menos de diez minutos cuando Gameiro le tiró la carrera a Mascherano. El argentino no tuvo más remedio que agarrar de la camiseta al francés cuando éste encaraba la portería del Barça. Cayó fuera del área y Del Cerro Grande pitó falta y roja a Mascherano, que ya fue expulsado por el árbitro alcalaíno en Liga por menosprecio al juez de línea.
El colegiado demostró carácter y no se amilanó. No dudó en dejar con diez al equipo de Luis Enrique, que tuvo que lidiar con una situación extraña: ser ellos los que juegan con diez.
Tampoco se arredó cuando a final de la segunda parte tuvo que expulsar a Banega cuando Neymar iba solo contra Rico. Decisión también acertada.
Los jugadores del FC Barcelona, como Messi e Iniesta, reclamaron al colegiado más tarjetas por el juego del Sevilla. Quizás pudo haber alguna cartulina más por la reiteración, pero Del Cerro Grande demostró por qué es uno de los mejores árbitros de Primera División.
Terminó con calambres tras 120 minutos de intensidad y tensión, pero Del Cerro Grande fue protagonista logrando que el árbitro pasase a un segundo plano. Ganó el FC Barcelona. Habló Iniesta. Se callaron las banderas.
