Por Óscar Sáez
Himno, dícese de una «composición musical emblemática de una colectividad, que la identifica y que une entre sí a quienes la interpretan». Pues bien, Alcalá Me Mata se ha convertido en el himno de una Alcalá nueva, de esa que se descojona de las virtudes y los complejos de Alcalá, pero que la adora y no puede vivir sin ella, que convierte un monólogo en una reunión social, donde la Alcalá de siempre, la personal Alcalá de cada uno se ve las caras después de que el día a día nos separe y nos haga olvidar a veces lo que nos acercó. Una Alcalá que se sacude la garrapiñería desde la propia garrapiñería.
Nene y Borja han logrado que una ciudad tan descosida aparentemente se una para reírse de sí misma, que es la mejor manera de quererse. El listón estaba altísimo. La primera edición dejó tal sabor de boca que Alcalá Me Mata Vol 2 agotó las entradas en tiempo récord para las tres sesiones en el Teatro Salón Cervantes.
Y no era fácil triunfar en esta segunda versión. Pero a los que la han visto por primera vez les ha encantado, a los que la han visto por segunda vez, les ha vuelto a sorprender. Aunque Nene tenga complicado a partir de ahora actuar en Torrejón -fantástico el primer vídeo- encontró un hilo conductor para hilar los 100 minutos de monólogo, aderezados con divertidos vídeos, imitaciones como la de Rayden, y ciertos toques tiernos como los mensajes de los alcalaínos o la interpretación con su hermana en el ‘poligonero’ Don Juan.
Tanta diversión no pudo tener mejor cierre: la creación de un nuevo himno para Alcalá. Una nueva letra, de una nueva generación, la que quiere a Alcalá riéndose de uno mismo. Qué mejor himno que cantar al humor, que cantar a la vida.
Nene amenaza con volver cada Navidad. No se me ocurre mejor manera para cerrar un año que expulsar los malos espíritus descojonándose de nosotros mismos.
P.D. – Si no has estado y no escuchaste el himno, a partir del lunes 2 de enero lo podrás encontrar en Spotify. Los que han estado en el teatro todavía están tararéandolo. Alcalá me mata, Río Henares, Monigote y Cisneriana…
